Cecilia era una compañera de mi escuela, muy chinada friendly. El número de “animalitos” de esos que tenía supera ampliamente la cantidad de cabezas de ganado que poseían todos los miembros de la Sociedad Rural (incluso en pleno auge de la etapa agroexportadora). Me desagradaba verla con eso, temía que le diera una embolia cerebral, si bien no la quería. Me daba hasta pena. Tenía ojos saltones (los famosísimos “ojos de huevo”, en criollo) y yo se los atribuía a pasar tanto tiempo con eso. ¿Delirio infantil? Tal vez, aún no lo sé. Sea como sea, siempre estuve convencida que el Tamagotchi era la causa de su extraña anatomía.
Diez años más tarde, encontré su versión moderna. Nada más ni nada menos, señores, que en el Jetabuc, de la mano del Pet Society. Si Mirtha sigue con sus almuerzos, creo que todo es posible a esta altura, ¿o me equivoco?
Con este posteo me hiciste acordar de mi Furby... Casi lo reviento contra una pared, decidí que era mejor sacarle las pilas :-P
ResponderEliminarEfectivamente, todo es posible: Cumbio, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Floggers, Emos...
ResponderEliminarTuve un tamagochi...me duró menos de dos semanas. En Disney lo compré y en Disney lo perdí. Evidentemente, no se me puede dejar al cuidado de ninguna mascota (?).
ResponderEliminarGracias a Dios, no soy de los que juegan y muchos menos se envician con el Pet Society.
Besos