sábado, 17 de julio de 2010

la caja de pandora

El ser humano es un bicho de costumbre. Así como es un ser social por naturaleza, es de costumbrista. Nos dejamos llevar por la vida, hasta que de repente, nos sacude un cambio. Si bien no siempre estamos preparados, o lo buscamos, salimos a flote. Primero en piloto automático y más adelante con una tímida primera. Afortunadamente, casi sin darnos cuenta, estamos en quinta a fondo. Una sensación de gran satisfacción nos invade, cuando miramos hacia atrás, y vemos que estamos en una nueva etapa, diferente, y que pudimos pasar el mal trago que nos costó la nueva situación. Creo que hasta nuestro ego se infla, y sentimos que fue todo motu propio, cuando en verdad fue, una vez más: la costumbre.

No obstante, y muy a nuestro pesar, a veces suceden cosas que abren nuestra caja de Pandora emocional. Y volvemos al piloto automático. Lo malo, es que no hace falta mucho para que eso suceda y, consiguientemente, nos invada un torbellino de sensaciones que no podemos poner en palabras. Una canción, una palabra, algún letrero, una calle, un autor, una frase, un chiste, un sonido, un olor, un color, una fecha son suficientes.

Es entonces, cuando esa caja de sentimientos que permaneció herméticamente sellada, aflora. Lo evitamos día tras día, pero sucedió. ¿Y ahora qué pasa, eh?

Nada. Piloto automático, y a vivir. Esperando que llegue el día, en que nos volvamos a adaptar, y pisemos el acelerador.

1 comentario:

estamos para ayudarlo, su opinión nos importa.

en blanco y negro