martes, 21 de julio de 2009

el baile y el salón

Probablemente sea un tanto apresurado -por no decir muy, bastante, excesivamente, demasiado- aplicar el pensamiento weberiano del surgimiento del capitalismo a esto que es la vida. Sin embargo, permítame usted tomarse ese atrevimiento..

Este buen hombre, sostiene que por h o por b (alude a razones más complejas, pero que no vienen al caso) el capitalismo entró en funcionamiento. Es decir, recibió algo así como un soplo inicial que puso en marcha el proceso, y voilá, de ahí en más, se reprodujo solito solito.

Ahora.. ¿cómo pasar de Weber al baile y la vida?

Existe un surtido de alegorías que ponen la vida y el baile en un mismo plano, y el porqué está a la vista:
inmenso frenesí es bailar, liberar el cuerpo, la mente y el alma, todo en un solo movimiento uniforme (si es posible). El derroche de energía que se sucede es inminente, de ahí el famoso "sacar chispas a la pista de baile".
¿No es la vida eso mismo? ¿Qué es la adrenalina si no es el intento desesperado por extraer chispas hasta en donde no las hay?

Desde que nacemos, estamos invitados a vivir, a bailar, a dejarnos llevar por esto que no se detiene y es el hoy. No es mi interés, al menos en este momento, predicar un carpe diem, sino hacer hincapié sobre otro aspecto: la importancia de contar con quien nos invite a bailar.

Allá lejos y hace tiempo, cuando todavía existían los lentos y los doritos no eran nada, ¿no esperábamos acaso ese momento de bailar de a dos? Sea con nuestro mejor amigo/a o con el amor de nuestra escuela, nadie podía concebir siquiera la idea de irrumpir con su soledad a cuestas en la pista.

Algunas veces, el ser humano tiende a querer quedarse sentado, en una de esas sillas de las que habla Silvio. No es problemático el hecho de dejar de bailar, de parar la rueda, de sentarse un rato a pensar, o descansar. El conflicto, viene cuando se nos hace imposible volver a poner el todo en funcionamiento: la vida, la canción esa que tantos recuerdos nos trae.

Tal o cual silla puede ayudarnos a crecer. Escuchar esa canción en el rincón de la pista de baile, quietos, también. La cuestión es identificar el momento justo en el que no podemos hacer más que volver a encender la mecha, llenar la pista de chispas y brillar como nunca. Más aún, si hacemos la vista gorda y nos damos cuenta de todos los que esperaron para bailar a nuestro lado.

Por eso, ya que estamos en el baile, ¡bailemos! y no dejemos que los palos se claven en esta rueda que es la vida, el hoy: "Pa pa ru pa pa eueo"...

domingo, 5 de julio de 2009

oh l'amour

2 personas se encuentran en un colectivo.
Chico, sentado.
Chica, se le acerca.

Chico hace un amague para saludarla con un beso en el cachete.
Chica lo esquiva y comienza a sermonearlo haciendo alusión a la gripe porcina.

(bla, bla, bla)

Chico reprocha el no saludo de chica: - Si era Juan, seguro lo saludabas!
Chica, transpirando crueldad: - Obvio, boludo, por Juan me pongo en cuarentena, sabés qué?? Pero.. qué te pensás? Que me voy a agarrar gripe porcina por vos, pelotudo??

Qué lindo es que la gente se quiera!!!

en blanco y negro