martes, 24 de marzo de 2009

nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos.
Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas.
Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles
que se arrastran en los patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras,
y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa,
al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras,
y quisiéramos avisarles
para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones.
Y a veces las cruces de los postes telefónicos,
sobre las azoteas,
tienen algo de siniestro
y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos
que nos pasaran la mano por el lomo,
y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.

Oliverio Girondo.

4 comentarios:

  1. yo por acto reflejo siempre le digo oliveiro, en vez de oliverio..me tuve que fijarcomo se escribi antes de hacerlo

    besugooo

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  2. No sabía que la palabra "frescor" existía realmente. "calentor" no, no? =P

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  3. hubiera jurado que era un poema de cortazar!..una vez mas me ha soprendido señorita..

    te invito que pases por mi nueva casa del pincel..hay algunas cositas...

    besos!!!

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  4. es hermoso. me encantó. muy buen aporte.
    saludos

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